Divya Aggarwal
El cáncer de mama es una enfermedad terrible que ha provocado una reducción de la esperanza de vida de las mujeres y tiene una alta tasa de morbilidad y mortalidad. La neoplasia maligna más frecuente en las mujeres es el cáncer de mama, que tradicionalmente se ha tratado con extirpación quirúrgica, quimioterapia y radioterapia. Los tumores de mama muestran un comportamiento biológico alterado debido a alteraciones genómicas y epigenéticas, depleciones y desregulación de procesos moleculares, incluida la autofagia. Cuando la autofagia tiene un papel pro-muerte, reduce la viabilidad de las células tumorales. La función de la autofagia puede ser oncogénica al potenciar el cáncer. El papel carcinógeno de la autofagia en los tumores de mama es una barrera para que las pacientes reciban una terapia exitosa, ya que puede resultar en resistencia a la radio y a los medicamentos. La autofagia puede controlar características clave del tumor de mama, como el metabolismo de la glucosa, la proliferación, la apoptosis y la metástasis. La autofagia oncogénica puede prevenir la apoptosis y, al mismo tiempo, favorecer la pluripotencialidad de los tumores de mama. Además, la autofagia interactúa con elementos del microambiente tumoral, como los macrófagos, y su nivel puede controlarse mediante fármacos antitumorales en el tratamiento de los tumores de mama. La función pleiotrópica de la autofagia, su doble papel (pro-supervivencia y pro-muerte) y su interacción con vías moleculares cruciales como la apoptosis son motivos para tenerla en cuenta en el tratamiento del cáncer de mama. Además, la presente revisión ofrece una evaluación preclínica y clínica de la autofagia en los tumores de mama.