Shweta Mishra*, Jagriti Agarwal, Sandhya Singh y Aparna Sarkar
La mala alimentación es un factor de riesgo importante para el cáncer, que se ha convertido en la segunda causa de muerte en el mundo. A medida que la población mundial ha envejecido, la probabilidad de enfermedades crónicas relacionadas con la edad, como el cáncer, ha aumentado. Por lo tanto, se debe hacer mayor hincapié en reducir los niveles de tabaquismo, mejorar la dieta y aumentar la actividad física en la salud de la población general y el sistema de atención médica. En la antigüedad, los agentes dietéticos derivados de plantas servían como fuente de orientación científica; por lo tanto, es crucial examinar los extractos de plantas también para las enfermedades modernas. El consumo de frutas y verduras como parte de una dieta saludable se ha relacionado con la prevención del cáncer. Tanto los fitoextractos nutritivos como los no nutritivos son moduladores de vías de señalización celular clave, lo que resulta en efectos anticancerígenos. En algunos casos, los extractos y, en otros, los componentes purificados, es decir, los compuestos bioactivos, exhiben efectos como la detención del ciclo celular, la apoptosis, la inhibición de la proliferación y la metástasis y la inhibición de la angiogénesis. Estos componentes activos muestran diferentes efectos en diferentes células cancerosas. Si bien algunos componentes pueden ser extraordinariamente eficaces contra un tipo particular de cáncer, otros pueden no ser tan beneficiosos. El objetivo de esta revisión es estudiar los componentes bioactivos de alimentos vegetales específicos que afectan el desarrollo y la propagación del cáncer al actuar sobre vías relacionadas con la proliferación celular y la metástasis. Se han analizado los mecanismos subyacentes de las acciones de los componentes bioactivos, así como sus efectos sobre varios tipos de cáncer.