Pablo Smith
En la mayor parte del mundo, el cáncer sigue siendo una de las principales causas de mortalidad. El impacto de la mortalidad y la morbilidad relacionadas con el cáncer en los sistemas de atención de la salud y el desarrollo socioeconómico es un problema acuciante tanto en los países emergentes como en los industrializados con poblaciones envejecidas. Aunque nuestra comprensión de los genes del cáncer ha avanzado enormemente en las últimas tres décadas, esto no se ha traducido en ventajas comparables para los pacientes con cáncer. De hecho, una mayor supervivencia se debe más a menudo al descubrimiento temprano o a la prevención que a una mejor terapia. Además, la eficacia de los tratamientos tradicionales contra el cáncer, como la quimioterapia y la radioterapia, ha llegado a un punto muerto en el tratamiento de muchas neoplasias malignas, incluidos los cánceres de colon, próstata, ovario, pulmón y cuello uterino, y se necesitan nuevos enfoques para mejorar los resultados.