Pinar Jenkins, Karol Sikora* y Paul Dolan
Toda política tiene efectos directos e indirectos, tanto intencionales como no intencionales. Las políticas que obligan a las personas a quedarse en casa para reducir la morbilidad y la mortalidad por COVID-19 tendrán efectos que van más allá del virus. Por ejemplo, afectarán negativamente la salud mental y las perspectivas económicas de muchas personas. También afectarán la voluntad y la capacidad de las personas para acceder a los servicios sociales y de salud. Es probable que esto resulte en un aumento de la morbilidad y la mortalidad por enfermedades que de otro modo serían curables, como el cáncer, el infarto agudo de miocardio y el accidente cerebrovascular. Una comparación entre las muertes por COVID-19 evitadas y el exceso de muertes por cáncer causadas muestra que es posible que prevenir las muertes por COVID-19 mediante confinamientos pueda resultar en la pérdida de más años de vida de los que se salvan.