Anshoo Agarwal
La epidemia de obesidad, que crece rápidamente, está asociada a muchos riesgos para la salud. La obesidad es una enfermedad compleja, con graves dimensiones sociales y psicológicas, que afecta prácticamente a todas las edades y grupos socioeconómicos. Los refrescos y bebidas azucaradas están muy relacionados con la obesidad y otros problemas de salud, como la diabetes de tipo 2 y las enfermedades cardíacas. Por ello, se están lanzando muchas campañas para reducir el consumo de bebidas energéticas azucaradas entre los niños. Para crear mejores opciones para las personas, muchas asociaciones y organizaciones han prohibido las bebidas azucaradas, incluidos los zumos de frutas, además de las bebidas gaseosas azucaradas. Un sector que no es muy conocido como fuente de exceso de azúcar y que puede aumentar el riesgo de obesidad son los refrescos y bebidas gaseosas. Dado que los niños que consumen estos refrescos y bebidas pueden derivar hasta un 12% de su ingesta de bebidas azucaradas de estas bebidas, sus padres también están equivocados porque la mayoría de las etiquetas de los refrescos y bebidas mencionan bajas calorías y bajo contenido de azúcar y los compran con gusto para sus hijos o les permiten consumirlos. Los refrescos y las bebidas gaseosas son muy populares entre los niños con enfermedades genéticas, ya que sus padres o tutores piensan que les darán fuerza, especialmente a aquellos que también tienen discapacidades físicas.