Gerald Gremion
La mala gobernanza en el deporte y toda la implicación política que la envenena han dado lugar recientemente a numerosos titulares negativos en la prensa. No pasa una semana sin que se hable de dopaje, corrupción, violencia, fraude en las competiciones o tráfico de jugadores, y eso es sólo la punta del iceberg. Todo ello es perjudicial para la ética deportiva, que es indisociable de una buena gobernanza deportiva. Sin duda, estas cuestiones éticas estarán en el centro de las preocupaciones y los retos que se avecinan para el Comité Olímpico Internacional y todas las demás federaciones deportivas nacionales.