La germinación es el proceso por el cual las semillas se convierten en nuevas plantas. Primero, las condiciones ambientales deben hacer que la semilla crezca. Por lo general, esto está determinado por la profundidad a la que se planta la semilla, la disponibilidad de agua y la temperatura. Cuando el agua es abundante, la semilla se llena de agua en un proceso llamado imbibición. El agua activa proteínas especiales, llamadas enzimas, que inician el proceso de crecimiento de la semilla. Primero, la semilla desarrolla una raíz para acceder al agua subterránea. A continuación, comienzan a aparecer los brotes o el crecimiento sobre el suelo. La semilla envía un brote hacia la superficie, donde crecerán hojas para recolectar energía del sol. Las hojas continúan creciendo hacia la fuente de luz en un proceso llamado fotomorfogénesis. A continuación se muestra una semilla que emerge del suelo durante la germinación. Varios factores influyen en si las semillas germinan y cómo lo hacen. Los factores más importantes son la disponibilidad de agua, la temperatura y la luz solar. El agua es crucial para la germinación de las semillas. La semilla debe pasar por imbibición para activar el crecimiento de la raíz. Sin embargo, demasiada agua puede ser algo malo, como saben la mayoría de los jardineros. Cuando una planta todavía crece bajo tierra, durante la formación de raíces, no puede usar el sol para producir alimentos, como lo hacen las plantas adultas. Debe depender de los alimentos almacenados dentro de la semilla y del oxígeno del medio ambiente para producir energía. Si la tierra está demasiado empapada, no habrá suficiente oxígeno y la planta no prosperará.
Revistas relacionadas con la germinación:
Revista de Biofertilizantes & Bioplaguicidas, Revista de Biodiversidad, Bioprospección y Desarrollo, Investigación y amp; Reseñas: Journal of Ecology and Environmental Sciences, Journal of Food: Microbiology, Safety & Higiene